Superar una marca personal o el deseo de ejercitarse son dos de las tantas razones que nos motivan a correr.
En medio de una competencia, somos vulnerables a algunas lesiones que pueden alejarnos temporalmente de la actividad deportiva. "El esguince en primer plano, la tendinosis, los desgarros o distenciones musculares", explica el médico traumatólogo Jorge Rodríguez.
Esguince. Pisar mal o una mala caída puede provocarlo, es decir, una lesión de los ligamentos. Superar este traumatismo exige reposo y de ser necesario una bota de yeso, además de antiinflamatorios. "Un esguince puede pasarle a cualquiera, lo que pasa es que es más difícil un daño en la masa muscular si tenemos una preparación".
Tendinosis. Es muy importante empezar con 5 a 10 kilómetros antes de lanzarnos a una media maratón. El calentamiento previo a la carrera también es fundamental para evitar un sobreesfuerzo que puede desencadenar esta lesión. "Las tendinosis no van a entrar por emergencia, porque no son tan agudas en ese momento, pero sí al día siguiente empieza un dolor constante que va limitando físicamente. El manejo también es reposo, antiinflamatorios. Y la terapia también ayuda como medio físico para desinflamar".
Desgarro. Una insuficiente preparación nos hace vulnerables al llamado tirón que se da en la masa muscular. Además, una evaluación médica previa es clave para detectar si tenemos alteraciones físicas, como el pie plano o pie cavo, que nos predisponen a una lesión. "Una plantilla especial o una zapatilla especial para cada uno de esos pies, y hay que hacer mucho calentamiento previo", recomienda el doctor Rodríguez.
Recuerda que la actividad física es muy necesaria, más si estamos por encima de los 35 años.
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